Arte y Medicina | Ciencia y Caridad

Gracia Jiménez Lérida

Médico de familia y graduada en Historia del Arte

La escena representa a una enferma postrada en   una cama, a un lado vemos al médico que está controlando su pulso y al otro a una monja que le ofrece lo que puede ser un caldo, quizás acompañado de algún remedio terapéutico. Esta escena de corte realista nos muestra lo que era habitual en el siglo XIX, el médico se desplazaba a visitar al enfermo a su domicilio para procurar la ayuda, se acompañaba únicamente   de su maletín, con el instrumental básico para un diagnóstico lo más acertado con los escasos medios disponibles.

Esta imagen, tan alejada hoy de nuestro quehacer diario en los Consultorios y Centros de Salud, deja constancia de la vocación de ayuda del ejercicio de la medicina, independientemente del ámbito en que sea ejercida. Las características de la estancia que se representa no dejan lugar a dudas de que se trata de una paciente con nulo o poco poder adquisitivo. El médico está realizando su labor tan diligente y concentrado en su afán de ayuda sin hacer diferencia en su labor, tal y como se tratará de un paciente que pudiera pagar sus honorarios. En el personaje del médico, podemos encontrar por tanto la alusión al título de la obra, ciencia y caridad.

No sabemos a ciencia cierta la enfermedad que aquejaba a esta mujer, pero la palidez de su piel, el hundimiento   de los ojos, las mejillas descarnadas y el adelgazamiento de las manos no dejarían dudas respecto que se trata de una persona enferma, aun en la hipotética ausencia   del médico y de la monja–enfermera.

Nos encontramos ante la obra de un Pablo Picasso de tan solo 16 años, pese a ello se aprecia la maestría artística que muestra en esta obra de carácter realista. El tratamiento de la luz denota la facilidad para crear el ambiente adecuado a la historia que quiere representar. En este caso crea un ambiente de recogimiento y cierta tristeza; ilumina a la figura de la enferma consiguiendo que sea el punto principal de atención. El foco de luz procedente de la izquierda de la escena y sus correspondientes espacios sombreados están perfectamente conseguidos

Esta obra fue realizada en Barcelona donde la familia estaba asentada desde 1895, ya que el padre obtuvo la cátedra de la Escuela de Bellas Artes tras haber pasado un periodo de tiempo en La Coruña; precisamente fue el padre el que posó para representar al médico.